sábado, 16 de mayo de 2009

LA EXPLOSIÓN QUE VINO DEL PASADO

El satélite Swift de la NASA y un equipo internacional de astrónomos hallaron una explosión de rayos gamma que provenía de una estrella que murió cuando el universo tenía apenas una edad de 630 millones de años (menos del cinco por ciento de su edad actual). El evento, al que se dio el nombre GRB 090423, es la explosión cósmica más distante que se ha visto.

"La increíble distancia de esta explosión ha excedido nuestras mayores expectativas; realmente fue un estallido que vino del pasado", dice Neil Gehrels, quien es el cientifico principal del proyecto, en el Centro Goddard para Vuelos Espaciales, de la NASA.

Arriba: GRB 090423 tal y como fue observada por el satélite Swift. La imagen está compuesta por datos que proporcionaron los telescopios UV/óptico y de rayos-X de dicho satélite. Fuente: NASA/Swift/Stefan

El estallido ocurrió a las 3:55 a.m., hora diurna del Este, el pasado 23 de abril. El satélite Swift rápidamente señaló la explosión, permitiendo de este modo que los telescopios ubicados en la Tierra también apuntaran hacia el blanco antes de que el brillo del estallido se desvaneciera. Astrónomos que trabajaban en ese momento en los telescopios de Chile y de las Islas Canarias midieron por separado el corrimiento al rojo de la explosión. El resultado fue 8,2, cifra que batió el récord previo de 6,7 marcado por una explosión ocurrida en septiembre de 2008. Un corrimiento al rojo de 8,2 corresponde a una distancia de 13.035 millones de años luz.


"Estamos presenciando el deceso de una estrella (y, probablemente, el nacimiento de un agujero negro) en una de las generaciones más jóvenes de estrellas del universo", dice Derek Fox, de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Las explosiones de rayos gamma son las explosiones más luminosas del universo. La mayoría de ellas ocurren cuando las estrellas masivas agotan su combustible nuclear. Conforme su núcleo se colapsa, ya sea para formar un agujero negro o una estrella de neutrones, se crean chorros de materia que abren agujeros a través de la estrella y escapan con gran estrépito hacia el espacio. Es ahí cuando pegan contra el gas previamente despedido por la estrella y lo calientan, generando así el brillo posterior que se desvanece pocos días después de la explosión y que es visible en muchas longitudes de onda.

Durante años, los astrónomos han estado a la caza de explosiones de rayos gamma que provinieran de las generaciones más jóvenes de estrellas (y, misteriosamente, han fracasado en encontrarlas). La detección de GRB 090423 es un hito en la búsqueda de explosiones en el rango de corrimientos al rojo de 10 a 20.

En las primeras tres horas de la explosión que tuvo lugar el 23 de abril, Nial Tanvir, de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, y sus colegas, informaron la detección de una fuente infrarroja en la posición indicada por el satélite Swift. Los investigadores utilizaron el Telescopio Infrarrojo del Reino Unido (United Kingdom Infrared Telescope o UKIRT, en inglés), en Mauna Kea, Hawai.

Al mismo tiempo, Fox dirigió sus esfuerzos a obtener imágenes infrarrojas del brillo posterior a la explosión usando el Telescopio Gemini Norte, en Mauna Kea. La fuente apareció en imágenes hechas a longitudes de onda más largas, pero estuvo ausente en la imagen tomada a la longitud de onda más corta, de 1 micrómetro. Esta "marginación" corresponde a una distancia cercana a los 13.000 millones de años luz.

Arriba: concepto artístico de una explosión de rayos gamma en acción. Fuente: NASA/Swift/Cruz deWilde.

Conforme Fox difundió la noticia sobre el récord de distancia, más y más telescopios alrededor del mundo fueron apuntados hacia ese lugar para observar el brillo posterior a la explosión antes de que se desvaneciera por completo.

En el Telescopio Nacional Galileo, en La Palma, Islas Canarias, un equipo que incluía al astrónomo Guido Chincarini, de la Universidad de Milan-Bicocca, en Italia, determinó que el brillo posterior a la explosión fue de 8,2. El equipo de Tanvir, que reunió observaciones casi simultáneas usando uno de los Telescopios Muy Grandes (Very Large Telescopes o VLT, en idioma inglés), del Observatorio Europeo del Sur (European Southern Observatory o ESO, en idioma inglés), en Cerro Paranal, Chile, llegó a la misma conclusión.

"Es un increíble hallazgo", dice Chincarini. "Y lo que lo hace aún más interesante es que un telescopio que lleve el nombre de Galileo haga este descubrimiento durante el año en que estamos celebrando el aniversario número 400 de la primera observación astronómica realizada por Galileo con un telescopio".

Fuente: NASA

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JGA

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Dr. Ciencias Ambientales y Biólogo