miércoles, 28 de octubre de 2009

LA ESTRELLA QUE MURIÓ HACE TRECE MIL MILLONES DE AÑOS

El pasado 23 de abril, los astrónomos de la Tierra recibieron un mensaje del pasado: un estallido de rayos gamma informaba de la muerte de una estrella hace 13.000 millones de años. El objeto, GRB 090423, se convierte de forma oficial después de su publicación en Nature, en el objeto astronómico más antiguo y lejano jamás observado.

El estallido ocurrió unos 630 millones de años después del Big Bang. Aquel Universo infantil era nueve veces más pequeño de lo que es ahora, pero, para sorpresa de los astrónomos, ya tenía capacidad para sustentar estrellas que nacían y morían.

Es probable que el gran estallido tuviese su origen en el violento deceso de un astro que pasó a convertirse en un agujero negro o una estrella de neutrones. "En un segundo, una estrella cientos de veces más grandes que nuestro Sol generó tanta energía como 100 soles durante toda su vida", explica Alberto Castro-Tirado, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía del CSIC y firmante de uno de los dos artículos que analizan el hallazgo.

Además del interés del record, el hallazgo va a servir para comenzar a obtener información sobre una etapa desconocida de la historia del cosmos bautizada como "Edad Oscura". Este periodo se extiende desde unos 400.000 años después del Big Bang, cuando los protones y electrones que vagaban libres por el espacio comenzaron a unirse para formar átomos neutros, hasta el periodo final de reionización del Universo, medio millón de años más tarde, cuando las primeras estrellas y galaxias comenzaron un reinado que dura hasta hoy. Un velo de gas neutro convierte a esa edad media cósmica en una etapa ignota para los astrónomos.

Un cadáver inesperado

"Lo más interesante de este descubrimiento es el hecho de saber que esa estrella que estalló estaba ahí", apunta Alberto Fernández Soto, investigador del Instituto de Física de Cantabria (UC-CSIC) y firmante del segundo artículo de Nature. "Hay modelos del Universo que dicen que no deberían haberse formado este tipo de objetos tan rápido, pero la detección del cadáver de una estrella indica que el proceso de formación fue muy veloz", añade.

Para profundizar en este tiempo oscuro del Universo será necesario esperar al menos cinco años. En 2014 está previsto el lanzamiento del sucesor del Hubble, el James Webb. Este telescopio, con un espejo de seis metros y medio e ideado para captar la radiación infrarroja que emiten estos objetos tan lejanos, tendrá la capacidad suficiente para empezar a conocer cómo es la región del espacio desde la que surgió el chorro de energía de GRB 090423. Entonces quizá sea posible cambiar la imagen de un periodo hasta ahora desconocido y que puedo estar poblado por objetos mucho más complejos de lo que se creía.

Fuente: PUBLICO

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sábado, 16 de mayo de 2009

LA EXPLOSIÓN QUE VINO DEL PASADO

El satélite Swift de la NASA y un equipo internacional de astrónomos hallaron una explosión de rayos gamma que provenía de una estrella que murió cuando el universo tenía apenas una edad de 630 millones de años (menos del cinco por ciento de su edad actual). El evento, al que se dio el nombre GRB 090423, es la explosión cósmica más distante que se ha visto.

"La increíble distancia de esta explosión ha excedido nuestras mayores expectativas; realmente fue un estallido que vino del pasado", dice Neil Gehrels, quien es el cientifico principal del proyecto, en el Centro Goddard para Vuelos Espaciales, de la NASA.

Arriba: GRB 090423 tal y como fue observada por el satélite Swift. La imagen está compuesta por datos que proporcionaron los telescopios UV/óptico y de rayos-X de dicho satélite. Fuente: NASA/Swift/Stefan

El estallido ocurrió a las 3:55 a.m., hora diurna del Este, el pasado 23 de abril. El satélite Swift rápidamente señaló la explosión, permitiendo de este modo que los telescopios ubicados en la Tierra también apuntaran hacia el blanco antes de que el brillo del estallido se desvaneciera. Astrónomos que trabajaban en ese momento en los telescopios de Chile y de las Islas Canarias midieron por separado el corrimiento al rojo de la explosión. El resultado fue 8,2, cifra que batió el récord previo de 6,7 marcado por una explosión ocurrida en septiembre de 2008. Un corrimiento al rojo de 8,2 corresponde a una distancia de 13.035 millones de años luz.


"Estamos presenciando el deceso de una estrella (y, probablemente, el nacimiento de un agujero negro) en una de las generaciones más jóvenes de estrellas del universo", dice Derek Fox, de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Las explosiones de rayos gamma son las explosiones más luminosas del universo. La mayoría de ellas ocurren cuando las estrellas masivas agotan su combustible nuclear. Conforme su núcleo se colapsa, ya sea para formar un agujero negro o una estrella de neutrones, se crean chorros de materia que abren agujeros a través de la estrella y escapan con gran estrépito hacia el espacio. Es ahí cuando pegan contra el gas previamente despedido por la estrella y lo calientan, generando así el brillo posterior que se desvanece pocos días después de la explosión y que es visible en muchas longitudes de onda.

Durante años, los astrónomos han estado a la caza de explosiones de rayos gamma que provinieran de las generaciones más jóvenes de estrellas (y, misteriosamente, han fracasado en encontrarlas). La detección de GRB 090423 es un hito en la búsqueda de explosiones en el rango de corrimientos al rojo de 10 a 20.

En las primeras tres horas de la explosión que tuvo lugar el 23 de abril, Nial Tanvir, de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, y sus colegas, informaron la detección de una fuente infrarroja en la posición indicada por el satélite Swift. Los investigadores utilizaron el Telescopio Infrarrojo del Reino Unido (United Kingdom Infrared Telescope o UKIRT, en inglés), en Mauna Kea, Hawai.

Al mismo tiempo, Fox dirigió sus esfuerzos a obtener imágenes infrarrojas del brillo posterior a la explosión usando el Telescopio Gemini Norte, en Mauna Kea. La fuente apareció en imágenes hechas a longitudes de onda más largas, pero estuvo ausente en la imagen tomada a la longitud de onda más corta, de 1 micrómetro. Esta "marginación" corresponde a una distancia cercana a los 13.000 millones de años luz.

Arriba: concepto artístico de una explosión de rayos gamma en acción. Fuente: NASA/Swift/Cruz deWilde.

Conforme Fox difundió la noticia sobre el récord de distancia, más y más telescopios alrededor del mundo fueron apuntados hacia ese lugar para observar el brillo posterior a la explosión antes de que se desvaneciera por completo.

En el Telescopio Nacional Galileo, en La Palma, Islas Canarias, un equipo que incluía al astrónomo Guido Chincarini, de la Universidad de Milan-Bicocca, en Italia, determinó que el brillo posterior a la explosión fue de 8,2. El equipo de Tanvir, que reunió observaciones casi simultáneas usando uno de los Telescopios Muy Grandes (Very Large Telescopes o VLT, en idioma inglés), del Observatorio Europeo del Sur (European Southern Observatory o ESO, en idioma inglés), en Cerro Paranal, Chile, llegó a la misma conclusión.

"Es un increíble hallazgo", dice Chincarini. "Y lo que lo hace aún más interesante es que un telescopio que lleve el nombre de Galileo haga este descubrimiento durante el año en que estamos celebrando el aniversario número 400 de la primera observación astronómica realizada por Galileo con un telescopio".

Fuente: NASA

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Lugar: CORDOBA, Spain

Dr. Ciencias Ambientales y Biólogo